Más de 10 años emprendiendo me han enseñado muchas cosas. Más de las que podría contarte en un email que pueda leerse en 5 minutos. Pero voy a intentar destilar lo más importante para intentar que sea accionable y útil. Si estás emprendiendo o planeas hacerlo, tienes que leer este email hasta el final.
Aún recuerdo como si fuera ayer cuando yo empecé, allá por 2011 con un proyecto que tras 6 meses de desarrollo nunca vio la luz del día y que me dio mi primer aprendizaje: lo importante que es validar ideas rápido.
Después, en 2014, monté Vegaffinity, una tienda online de producto plant-based que es a día de hoy número 1 en su nicho. Este fue el negocio que realmente me dio gran parte del aprendizaje personal y profesional que tengo a día de hoy. Como negocio no ha acabado siendo “la bomba”, pero como aprendizaje, me llevó al límite a todos los niveles y por ello estoy agradecido.
Desde 2023 ayudo a tiendas online (también a otros negocios digitales) a escalar sus negocios sin necesidad de invertir más en Ads, mejorando la propuesta de valor, optimizando el sitio y, en definitiva, mejorando la tasa de conversión, AOV y otras muchas métricas de negocio.
Durante estos años emprendiendo he aprendido las cualidades que uno debe tener para forjar una “Mentalidad Emprendedora” que te haga no fracasar. Algunas de ellas las tengo muy interiorizadas, otras no tanto y sigo trabajando en ellas. ¡Es parte del camino de aprendizaje!
Vamos allá:
Los aprendizajes de mis últimos 10 años emprendiendo: Mentalidad Emprendedora

Por aquí te dejo un esquema que hice para dejar todos los conceptos claros por escrito.
Te desarrollo:
Tabla de contenidos
- Los aprendizajes de mis últimos 10 años emprendiendo: Mentalidad Emprendedora
- 1) Resiliencia
- 2) Enfoque a soluciones
- 3) Visión a largo plazo
- 4) Creatividad e innovación
- 6) Liderazgo y saber delegar
- 7) Tolerancia al Riesgo
1) Resiliencia
Va a ser un camino muy largo. Seguramente una de las principales cualidades que define a un emprendedor es la resiliencia. Si leemos la definición:
“Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.”
Ser emprendedor supone resolver problemas cada día. Arreglas esos problemas y vienen nuevos, y no acaba nunca. Si te va mal, con el agravante de que no sabes si resolver los problemas te va a compensar un negocio que no termina de arrancar. Si te va bien, son otro tipo de problemas: problemas de escala, problemas de personal, etc. Si tienes que contratar a mucho personal porque tu empresa lo requiere, tener que pagar X número de nóminas cada mes genera mucho estrés con el que tendrás que lidiar.
Aún así, yo siempre digo que en mi caso, salvo contadas excepciones, el estrés que me genera ser emprendedor es un estrés positivo. Hace tiempo escuché en un podcast una psicóloga que diferenciaba entre el estrés malo y bueno; y en mi caso ha emprendido a sobrellevar el estrés gracias a la motivación que me aporta.

El éxito siempre llega de golpe. El trabajo continuo e incesante te hace avanzar de manera que parece invisible, hasta que de repente un día se aceleran los acontecimientos y todo cambia. Debes ser capaz de llegar hasta ese punto (pero también saber desprenderte de proyectos que no avanzan de ninguna manera). En el equilibrio está la clave.
2) Enfoque a soluciones
Un empresario o emprendedor es un resolvedor (creo que me acabo de inventar esta palabra) de problemas. Siguiendo la línea de lo que he comentado antes, aún recuerdo cuando empezaba que cualquier bache u obstáculo en el camino me parecía una montaña infranqueable.
Me veía incapaz de resolverlo: simplemente no tenía la mentalidad ni las herramientas adecuadas. Pero es a base de enfrentarte una y otra vez a esos problemas y encontrar soluciones, que algo en tu cerebro hace “clic” y desde ese momento todo cambia.
Tener un enfoque emocional ante las situaciones que se te plantean al emprender, con el tiempo me di cuenta de que es el enfoque incorrecto: y me ayudó mucho tener un enfoque racional y frío ante los mismos que me ayudó a relativizar. Una vez te has visto al borde del precipicio varias veces, el resto de problemas parecen pan comido.
Por otra parte, como empresarios, debemos ser capaces de resolver un problema (o varios, pero principalmente uno) mejor que nadie. Cuanto más grande el pain o problema que resuelves, más pagarán por tu solución.
3) Visión a largo plazo
Recuerdo cuando comencé, vivía al día. Tomaba decisiones en el día a día. Mis inversores se enfadaban conmigo (y con motivo, tengo que decir). Mi socio inversor Bruno siempre me decía “Es que hablamos una cosa en las reuniones y luego hace los que te sale de los hue***“ , o “vas como pollo sin cabeza”. En el momento pegaba esos volantazos porque no tenía clara la visión a largo plazo.
Decidía cosas pensando solo en el corto plazo. Y claro, en parte lo hacía porque no sabía cuanto tiempo iba a poder sobrevivir dando pérdidas. Pero lo que está claro es que si no miras más allá de tus zapatos, no te irá muy bien con tu empresa.
Deberías intentar tomar decisiones estratégicas que te hagan avanzar en el medio/largo plazo. Y aquí es diferente diferenciar entre estrategia y táctica.
Debes tener una visión a largo plazo clara, pero sin perder de vista las limitaciones en recursos que tienes en el corto plazo, que pueden hacer que tus tácticas tengan que cambiar un poco para adaptarte a esas limitaciones, obtener inversión externa para aguantar, etc.
4) Creatividad e innovación
Hay muy buenos negocios que no aportan grandes dosis de innovación o creatividad, vistos desde fuera. Quizá no es el producto el que consta de creatividad o innovación, pero quizá ese emprendedor haya encontrado una forma de distribuir el producto mejor que nadie… ¡eso también es creatividad e innovación!
Cuando hablamos de creatividad e innovación mucha gente piensa que su producto debe ser algo increíble, algo super novedoso, para que tenga cabida en el mercado. Lo cierto es que muchos mercados son tan grandes que hay espacio para más jugadores, o para hacer las cosas “un poco” mejor.
Por ejemplo, con mi negocio de Agencia/consultoría Cromosoma Growth, resuelvo un problema nada nuevo, que es ayudar a negocios digitales a vender más. Quizá no es un problema o negocio tan “sexy” como otros, pero en apenas unos meses ya podía vivir de ello.
Mi forma de comunicarlo, de transmitir la propuesta de valor, de cerrar las llamadas, era diferente. Y por eso apenas he tenido que hacer captación fría. Desde hace muchos meses me vienen los clientes sin yo tener que hacer nada. ¡Eso también es ser creativo e innovador!
La próxima gran idea podría estar delante de tus narices, no les des demasiadas vueltas a intentar encontrar ese problema / solución perfectos. Simplemente empieza.
Ejecución imperfecta >>>>>> Parálisis por análisis.

5) Disciplina y constancia
Para mi, disciplina es ser capaz de hacer de una forma repetida en el tiempo tareas que no te apetece hacer a corto plazo, porque tienes un objetivo claro a largo plazo.
Por ejemplo, escribir cada semana estos contenidos me requiere trabajo y esfuerzo, no siempre recompensado sobre todo al principio. Y no te voy a engañar, no siempre me apetece, pero simplemente me he propuesto hacerlo porque tengo claro mi propósito y lo que quiero conseguir.
Lo mismo con la salud y el ejercicio. Comer sano y hacer ejercicio requiere de sacrificio y disciplina que no todo el mundo está dispuesto a hacer en el corto plazo.
Incorporar cierta dosis de disciplina y constancia en tu vida creo que siempre va a ser muy positivo. Y en el emprendimiento también. No procastinar dejando para mañana tareas que sabes que deberías hacer hoy.
6) Liderazgo y saber delegar
Reconozco que este punto es el que siempre me ha costado más, y en el que más flaqueo. No soy el mejor líder, lo tengo claro y se que debo mejorarlo.
Simplemente, y aunque creo que he mejorado mucho en ello, aún me cuesta mantener al personal motivado. También me cuesta saber delegar.
Pero ojo, si que me gustaría comentar que muchos emprendedores intentan delegar demasiado rápido. Se acomodan rápido y piensan que ellos deberían estar haciendo tareas que aportan más valor a la empresa. Y estoy de acuerdo. A medias.
Cuando empiezas debes ser tú quien haga la mayoría de cosas. Debes entender los flujos de tu empresa: Cómo captar clientes, cómo cerrarlos, entender muy bien tu propuesta de valor, solo así podrás convencer a otros de que lo hagan por ti. Eso te hará capaz de saber dónde están los límites de tu negocio, incluso saber si algo “es posible o no”.
Un ejemplo: La ventaja de haber estado yo muchos años en Vegaffinity llevando la atención al cliente, la comunicación, el marketing y la tecnología (a la vez) es que cuando me llegaba un trabajador y me decía que llevar la comunicación como yo quería no era posible en el tiempo que le decía, le podía demostrar que sí era posible, porque yo lo había hecho antes.
7) Tolerancia al Riesgo
Si no tienes cierta tolerancia al riesgo, no emprendas. De verdad. Muchas veces tendrás que jugar al “todo o nada”. Es así. Con una mentalidad excesivamente conservadora te verás en situaciones que te harán no avanzar.
Como todo en la vida, para avanzar debes tomar ciertos riesgos. No sobre estimes lo que tienes, ni infravalores lo que puedes ganar si corres determinados riesgos.
Veo a muchas personas aferrarse como a un clavo ardiendo a lo que tienen, no quieren soltarlo, pero cuando les preguntas si realmente les gusta, te dicen que no. Pasa mucho con los trabajos.
Entonces… ¿a qué tienes miedo? En los negocios es un poco igual. Si tienes claro que el sitio donde está tu negocio no es en el que quieres estar, deberás hacer cosas diferentes, no hay más.
Eso sí, una cosa es tomar riesgos a lo loco y otra es tomar riesgos calculados. Tómate tu tiempo para tomar la decisión correcta basada en datos.
Y esto es todo por hoy.
¡Espero que te haya gustado!
Nos leemos la semana que viene con más contenido sobre Growth y emprendimiento. ¡Que tengas muy buena semana!
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